domingo, 20 de septiembre de 2009

Vuelta nº 83.

Me sentía totalmente fuera de lugar. No entendía qué hacía ahí, y mucho menos me explicaba cómo una hora antes me encontraba deseosa de ir. Esa gente no era como yo. Ese rebaño no era el mío. Pero... ¿pertenecía yo a algún rebaño? ¿estaba predestinada a nunca encontrar a mis semejantes? ¿tenía semejantes?En el panorama en el que me encontraba, me costaba creerlo. Las personas que había ahí dentro me hacían pensar que su especie dominaba el mundo, y que yo sola no podía contra todos ellos. Y aunque no hubiera estado sola, aunque hubiera habido un mínimo porcentaje en los presentes que se sintiera como yo, también era poco probable que pudiéramos hacer algo, por insignificante que fuera, para cambiar la atmósfera que respirábamos.

Simplemente estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Nunca más literalmente dicho.

5 comentarios:

El Vocero dijo...

Fatal combinación no azarosa de factores. La masa es estúpida e indolente decía Le Bon. Quizás por eso los rebaños sean tales. Quizás por eso el ser humano siempre creó lideres.

Palabra desafortunada la mía. Lider es casi blasfemo...

Pero han habido pequeños hombres y diminutas mujeres que han sabido cambiar muchas cosas con tan solo la fuerza de sus ideas.

"Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar" - Machado

Beso dominguero con aroma a café recién hecho

Anónimo dijo...

Es mejor no pertenecer a ningún rebaño. Yo siento lástima por los que se encuentran en el panorama que tú describes (en general).

Eduardo dijo...

Afortunadamente, la tarea difícil es pelear para no formar parte del rebaño. Es dichoso aquel que tiene la capacidad de pensar diferente, aunque cueste mucho que todos lo hagan, y no caer en la comodidad de formar parte de la masa.

Ale dijo...

Me acordé instantáneamente de algo que escribí al llegar a casa luego de estar en un lugar también equivocado: http://alejuss.blogspot.com/2009/01/recien-llegado-casa-luego-de-una-fiesta.html

Y si, seguramente hubiera personas que sintieran lo mismo que vos, el tema es que -como vos- ellas también querían desaparecer de ahí, preguntándose las mismas cosas.

Supongo que cuando logramos darnos cuenta que no pertenecemos a cierto lugar, de alguna manera estamos reconociéndonos y sabiendo que pertenecemos a alguno, algo que mucha gente no tiene la capacidad de discernir.

matilde dijo...

sali de ahi y corre a buscar tu lugar,

besoo mati