jueves, 3 de septiembre de 2009

Vuelta nº 67.

De repente me encuentro proyectando un futuro que era el que deseaba hace siglos atrás. Es como siempre, un inmenso e indomable deja vú. Como estar parada, una vez más, en el umbral de un gran laberinto, sin poder optar por no entrar. No, estoy obligada a recorrerlo, sabiendo perfectamente lo que me espera ahí dentro. Lo malo... y lo bueno.
Si es que llegara a quedar algo.

4 comentarios:

Maga Marcattini dijo...

No, estoy obligada a recorrerlo, sabiendo perfectamente lo que me espera ahí dentro.

El Vocero dijo...

Entra y explora, haz tus regresiones (si las hay) pero ten la precaución de hacer como con el Minotauro. Llevate un manojo de hilo para tenderlo tras tus pasos y encontrar la salida.
Por si decides volver.

Algunos contemporáneos debimos haber pertenecido a otros siglos.

(Quizás)

Ignacio Reiva dijo...

El que se siente perdido no puede temerle a un laberinto y el que sabe donde está puede disfrutar del desafío. El futuro es complicado y lleno de curvas y paredes, y eso lo vuelve maravilloso. Lo único que espero es que ahí adentro haya internet, porque me encanta leerte. Un gran beso.

matilde dijo...

suelo ser inoportuna. podes seguir sin ver por unos dias mas si queres. un tiempo despues esta bueno abrir los ojos.

beso!!! mati