martes, 22 de septiembre de 2009

Vuelta nº 85.

Sentía ganas de llorar. No sabía el por qué, la noche había pasado sin sobresaltos. Tenía la leve sospecha de que al otro día al despertarme mi mundo se demoronaría roto en mil partes, imposible de restaurar.
Inutilmente quise reprimir las lágrimas y evitar mi rostro contorsionándose en un gesto desesperadamente triste. A menudo me gustaba llorar sin ningún motivo aparente, pero en esas ocasiones no tenía esa angustia oprimiéndome el pecho... pero todo iba bien. O no tanto, pero ya había aprendido que, cuando las cosas no eran como las esperaba, instantáneamente tenía que inyectarme un dosis de conformismo. Lo que sin embargo nunca llegué a comprender, era la lamentable consecuencia que esto traía: mi nueva condición no me permitía superar mis obstáculos, porque rápidamente los asimilaba como parte integrante de mi vida, y no como las crisis transitorias que eran. (SON)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja me mato eso de habla habla!
ok nena, este es el unico medio q te puedo hablar sin que nadie rompa las pelotas...excluyendo el msn
asi q queria aprovechar para decirte lo copada q sos, que por ahi lo q dijo mariana era verdad, espero verte en algun recital de duende,,, en realidad espero verte algun dia...
nos vemos,, exitos!
lucho!

Anónimo dijo...

A veces a mí también me da por llorar sin motivo aparente. Sólo para sentir el alivio físico de quitarte un peso de encima, aunque sepas que todo va bien.
Ni hay que mencionar que algunas veces me tomo las cosas demasiado en serio, y no como las crisis transitorias que son, como bien tú dices.

Un beso.

El Vocero dijo...

Las crisis, en los momentos de crisis, nunca se ven transitorias.

Sabio aquel que puede ver la parte sin perder de vista el todo. A veces hasta es bueno un ojo ajeno que nos ayude a mirar.
Todo un aprendizaje ese...

【73】★NEGROIDE★【73】 dijo...

Cuando llores, querida Rocito, que sea para limpiar el parabrisas de la visión que cada uno tiene [los ojos] para mirar más lejos, y saber que el futuro se nos viene encima y no hay que correrse, sinó afrontarlo.
Un beso así de grande en el cuello para tí.

matilde dijo...

llorar alivia, no tiene sentido reprimir nada.
si te esta por venir todo tiene sentido, si no es asi sentate a reflexionar.

beso! mat