martes, 27 de octubre de 2009

Vuelta nº 111.

Ayer pude hablar más libremente con una de las personas afectadas por mis últimas decisiones.
Al menos para mí, fue genial. No sólo porque nos entendimos, sino que hasta llegamos a contarnos viejas historias, y reírnos de ellas. Me re-convencí (léase: comprobé lo que sospechaba, o me demostró lo que ya sabía) de que estoy tratando con una excelente persona, de que fui una afortunada al conocerla, y de que ahora se formó una especie de amistad inquebrantable -(?) jaja- con algunos guiños y una dosis de complicidad. Obviamente no seremos como cualquier par de amigos... o tal vez sí... pero por el momento disfruto de NO haber arruinado (sí, al fin de una buena vez) otra relación.

1 comentario:

Blonda dijo...

Creo que tu frase final es ese pequeño trofeo que todos ansiamos al final de las relaciones...

Ojalá resulte.

besos!