viernes, 10 de julio de 2009

Vuelta nº 26.

Antes era de esas mujeres (yo, mujer?) a las que desvelarse les significa redecorar su cuarto. Sin importarles que tan mal les puede quedar su ropero si le pegan envoltorios de caramelos, o boletos de colectivos.
Después fui de las que se les da por leer. Leía hasta el manual de instrucciones de cómo usar un picaporte si lo tenía a mano.
Y ahora, me significa autoflagelarme con mis propias fantasías, analizando sus posibles concreciones, desde las más probables, hasta las más absurdas.

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