domingo, 6 de diciembre de 2009

Vuelta nº 133.

Me pregunto cómo veré a los niñitos el día que yo sea una vieja chota.
Y no, no es que hoy me desperté y pensé en eso. Hace aproximadamente media hora volvía a casa en bondi, y adelante mío viajaba una familia: la mujer, el hombre, y una bebita de unos meses, calculo. A la par de ellos, en los asientos simples, iba una mujer muy mayor, que observaba a la nena de una manera extraña. Era una mezcla un poco despareja de desesperanza, tristeza, nostalgia, felicidad, y creo que había también un poco de autocompasión, si es que está bien dicho. Digamos... la mujer la miraba sonriente, pero se le notaba en la mirada que era una sonrisa llena de nubes, opaca. En ese momento se me ocurrió mirar al padre, que derrochaba amor en cada una de las caricias que le hizo a la beba en sus manitas, cada vez que le besó la frente, y esas cosas que hacen los papás babosos con sus bebés.
Eran dos perspectivas completamente opuestas. El tipo completamente feliz con su hija, disfrutando cada mueca de la chiquita, y la señora que la contemplaba con cara de "pobre bebé, en algún momento se va a morir" o algo así.En fin... no sé, la situación me llevó a imaginarme a mí en el lugar de la anciana... y no me ví con esa nostalgia, esa tristeza, esa alegría, sino más bien con un gesto de repugnancia, o algo así.

1 comentario:

A.C. dijo...

Viene pasándome muy seguido que cuando leo lo que escribís y la forma en que lo hacés me siento muy identificada con vos. Resulta extraño ver en otro una línea de pensamientos tan similar a la mía.
Actualmente a mi me pasa algo similar pero es en mi vida personal... y creeme que pienso muchas veces en como seré yo en ese entonces.
Te dejo mis saludos