Pensaba en el tiempo que hacía que no abría el blog, que no publicaba nada, que no leía blogs ajenos... y se me ocurrió que tal vez me escudo en el "no tengo tiempo" por no asumir la responsabilidad de no poder escribir, de no tener cómo decir. Ideas no faltan, faltan palabras.
A algunas alegrías, frustraciones, satisfacciones, tristezas y felicidades, las palabras les quedan chicas (o muy grandes, a veces). No tengo palabras para escribir lo mucho que amo a mi novio, o lo contenta que me pone tener trabajo, lo que extraño a mis amigos, o lo que me frusta no poder tirarme a dormir una siesta, o ir al parque a tomar mates... no sé.
Siento que ahora que tengo una vida (que realmente tengo una, no como años atrás en los que sólo dormía y dejaba pasar el tiempo) tengo tiempo para vivirla pero no para escribirla. Y no es que no tenga ganas de hacerlo, insisto. Sencillamente no sé cómo.
Es como si nunca hubiera sido tan feliz y nunca hubiera puesto en práctica mi capacidad para plasmarlo.
3 comentarios:
Es taaaaan pero taaaaaaaaan dificil plasmar la felicidad en palabras, pareciera que estamos programados para contar lo triste que estamos, y que hablar de nuestra felicidad estuviese prohibido, tal vez nadie tomo la felicidad realmente en serio, o si se la toma tan enserio que se teme que al contarla se vaya y por eso se cuentan los malos ratos para que desaparezcan.
En fin, me alegro bella que estes bien, feliz y tengas una vida!!! Exitos para ti.
Lo único sin misterio es la felicidad, porque se justifica por sí sola.
Como te entiendo, volví después de dos meses y me pasa lo mismo. Estoy bien, ocupada y tranquila; no tengo palabras para momentos así, creo yo porque es mejor disfrutarlo, hacerlo lo más finito posible. Aunque sí, es irónico tenér 345 palabras para cuando está mal y resumir en un "soy feliz" 524 palabras de sentimientos de felicidad.
En fin, te deseo que siga siendo así, siempre.
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