jueves, 19 de agosto de 2010

Vuelta nº 169 - Justo a mi me toca el 69

Hoy quería escribirte para devolverte al menos uno de esos tantos escritos y palabras rejuntadas que a la vida de mi blog le fuiste regalando.

Hoy leí en tu cabeza al spiedo que querías una armadura, para no dejar que algo de lastime.

¡Qué pensamiento vago Rocio! O ¡Ay Rocio! Como diría un cantautor que ambos conocemos.

Creeme querida, los golpes de la vida duelen, arden, queman, molestan, pero te sirven. Sí, si, ya sé, te lo está diciendo uno que vive con algunos dolores en el alma que han venido por grandes golpes que la vida me ha propinado y no se puede alejar de lo que en algún tiempo lo llegó a afectar. Pero acá me ves, viviendo y siempre intentando sonreír.

Esos golpes sirven, no busqués armaduras que nunca más vas a poder sacarte, porque vas a quedar enfrascada en un dolor, y no vas a ver que más allá de todo lo que lastima

¿Una armadura te va a servir? O reformulo la pregunta

¿Para qué te puede llegar a servir una armadura?

  1. Amortiguar golpes
  2. Que el mundo te vea dura y entera
  3. Y el 3 es puramente decorativo porque no encontré más utilidades

Ahora… ¿Qué te va a quitar la armadura?

  1. Te va a quitar la soltura y espontaneidad que tenés.
  2. Te va a hacer totalmente ajena a los sufrimientos de tu gente y a su vez, a sus satisfacciones, porque no olvides… lo que a los tuyos les pasa, te pasa a vos. Pero vas a estar tan dura y tan encerrada en tu coraza que no vas a sentirlo, ni disfrutarlo, ni sufrirlo.
  3. ¿Pensabas que el 3 iba a ser decorativo? No pequeña, esta vez no, el tercer punto es para vos, para que acá pares de leer un segundito y vos misma pongas qué más te va a quitar esa maldita coraza metálica que intentas usar. Yo sé que vas a dar en el clavo, nunca te voy a decir “Si, a eso apuntaba” ó “no, estás errada”.

Sin más palabrerío, procedo a subir esto rogándote que nunca uses esa armadura que nos va a quitar a la querida rro… a la espontánea, a la chiflada, a la sensible.

Sufrí, vení, suframos juntos, somos varios los que te bancamos y varios los que en esos sufrimientos propios o ajenos vemos la lucecita que se prende allá al fondo y estamos decididos a llevarte hasta ahí. No te vamos a proteger de los fracasos, porque de ellos vivimos y de ellos siempre aprendemos, pero vamos a levantarte cuando vos creas que no tengas fuerzas, y será hasta el día que te des cuenta que todo lo que queres, lo podés hacer, por vos y por tu vitalidad.

Sonreí, de eso se trata.


(Notas al márgen
1- El título cambialo si querés, sabés que no puedo con mi genio.
2- Plena libertad para borrar y/o editar
3- Te quiero)

1 comentario:

Ignacio Reiva dijo...

Ro, no te olvides que para que haya sombras, en alguna parte debe haber luz. Este comentario es sólo para vos. Un beso muy grande.