martes, 20 de abril de 2010

Vuelta nº 155 - La edad de los por qué (a los 18).

Por momentos vuelvo a ser la nena de tres años que fui hace quince, y vuelvo a la etapa de los por qué...
Con vos (aunque debería hablar en tercera persona, ya que muy improbablemente leas esto) me sobran las ganas de querer saber por qué.
Por qué tolero que las cosas se den así. Por qué algunas noches lloro pensando en las pocas (y nunca enteras) que pasamos juntos. Por qué me mortifico escuchando canciones que nunca me vas a dedicar. Por qué me obligo cada mañana a recordar esa mirada que me regalaste la última vez que te vi. Por qué no salgo corriendo en dirección contraria a donde vos estás (aunque éste sea un punto discutible). Por qué esta necesidad de dirigirme a vos, y sólo a vos, y no a un "él" que podría ser cualquiera. Por qué vos no podés ser cualquiera, y no ése él en el que pienso constamente.

(Son demasiados por qué para dejar que los responda sólo el destino)

1 comentario:

El Vocero dijo...

Tienes suerte, yo los por qué me los sigo planteando con más y más frecuencia.

Y ya no puedo cambiar más nada.

Y tú...?