
Instantáneamente, y para distraerme un poco, llené el vacío con agua, y los cambié de lugar. A simple vista (y aún tomándolos uno en cada mano) es imposible decir cuál contiene agua, y cuál shampoo. Me reí sola un buen rato, imaginandome el caos y la desesperación que mi (bizarrísimo) chascarrillo causaría.
Y me reí tanto, pero tanto... que lloré, y lloré, y lloré, Y LLORÉ.
2 comentarios:
Ambas cosas son buenas y necesarias.
beso
¿Y todo eso desnuda?
Fua...
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